Ya es muy conocido en el mundo que los enfermos con cáncer se convierten en un objetivo del Coronavirus. Llevamos más de un año escuchando datos y noticias que ponen en alerta a las personas con esta afección.
Los pacientes oncológicos son considerados un grupo vulnerable a la infección y al desarrollo de enfermedad grave por estar en un contexto de inmunosupresión generada por su enfermedad de base y por el tratamiento.
Hasta el momento, los científicos han definido como mayor riesgo los individuos que se encuentren en las siguientes situaciones:
- Los que además del cáncer tienen otras enfermedades, por ejemplo: hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, entre otras.
- Los que están recibiendo quimioterapia.
- Los que padecen de Cáncer de Pulmón.
- Los que presentan enfermedad maligna de la sangre.
- Los que han completado su terapia anticancerígena dentro de los 5 años.
- Los pacientes del sexo masculino.
- Los pacientes con una edad superior a 65 años.
Obviamente, si sabemos que esto es así hay que tomar medidas diferentes. El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos ha publicado recientemente un artículo con el título “Redirección de las necesidades para la sobrevivencia ante la Covid-19. Un camino adelante”, que propone nuevas acciones que se convierten en esperanzas posibles de alcanzar.
Los invito a leer cada una y analizar qué más podemos hacer, alejando ese primer pensamiento que casi siempre llega de “ya lo hice”, busquemos la oportunidad:
1. Fomentar los comportamientos hacia la salud. Esto significa alimentación adecuada, actividad física posible, horas de sueño necesario, control de las enfermedades y alejarse de los hábitos que intoxican el cuerpo. Una información valiosa: tomar el agua que requiere su organismo. No es que “tomo bastante agua”, es la adecuada de acuerdo a su peso. El agua fortalece las células normales del cuerpo, las hace funcionar mejor, y se lleva lo malo, lo que no sirve. Es imprescindible consumir agua.
2. Promover la “distancia física pero no la distancia social”. Se entiende bien, la distancia física entre personas debe ser de al menos 2 metros. Lo ideal es el aislamiento máximo, es decir sin contacto con los que andan trabajando en la calle o buscando los alimentos. Pero por otra parte se debe mantener la comunicación con los seres queridos.Por suerte, vivimos en el siglo XXI con las posibilidades de comunicación por videollamadas. Si no contamos con este recurso pues a “teléfono limpio”.
3. Satisfacer las necesidades espirituales. La familia debe estar al tanto y deben preguntarle al enfermo. Se trata de sacar el máximo de las veinticuatro horas del día en función de hacer, en estas circunstancias, lo que la persona desee. Ejemplos: ver una película en específico, comer algo que quiera, hablar con alguien, mirar el atardecer, ver fotografías. En fin, tener como meta transformar todos los sueños posibles en realidad.
4. Sensibilizar a la población con los signos y síntomas tanto de la enfermedad Covid-19 como de una recurrencia del cáncer o progresión del mismo. Y aquí pues hay que investigar con su médico de cabecera y estar alerta para que la enfermedad, cualquiera de las dos, no avance sin los tratamientos.
5. Usar la telemedicina, en otras palabras, la consulta médica a distancia. Siempre que sea posible y pueda evitar ir al hospital será una ventaja. Posponer las visitas a estos centros y sólo realizar las que sean de estricta utilidad. Hay que tener en cuenta que esto podría provocar ansiedad en el enfermo de no ver a su doctor. Se debe conversar, explicar los beneficios para evitar el Coronavirus, el paciente entenderá.
6. Por último, el monitoreo sobre el enfermo. Cómo está su temperatura diaria, de qué color orina, si tiene síntomas de catarro, si tiene más decaimiento, si ha perdido el olor y el sabor de la comida. En esencia es un plan para evitar que aparezca la enfermedad, pero si lo hace, la detenga a tiempo, no se deje sorprender.
Me atrevo a sugerirle también que lea cada medida y elabore su propia lista de nuevas acciones. Asesórese sobre los aspectos mencionados con los profesionales que considere que pueden ayudarle y revise el cumplimiento periódicamente para mantener una conducta activa ante el virus.
El uso de la mascarilla, incluso dentro de la casa si también viven familiares que tengan que salir, ha demostrado ser muy efectivo.
Algo muy importante, se está hablando con mucha fuerza de la tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19. La información validada que tenemos es que, aunque existe la probabilidad de que el enfermo con cáncer muestre una respuesta más débil a las vacunas que las personas cuyo sistema inmunitario funciona bien, el Centro del Control de la Enfermedades de Atlanta recomienda el uso de la tercera dosis de la misma vacuna en los casos de Pfizer-BioNTech o Moderna en los siguientes grupos:
- Personas que reciben tratamiento para un cáncer de la sangre, es decir Leucemia, Linfoma o Mieloma Múltiple.
- Personas que recibieron un trasplante de células madre en los últimos 2 años.
- Personas que toman medicamentos inmunodepresores.
De todas maneras, siempre pregunte a su doctor, en el refranero español: «a buen empezar, buen acabar».
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Referencias:
Jones J.M et al. Readdressing the Needs of Cancer Survivors During COVID-19: A Path Forward JNCI J Natl Cancer Inst, 2021, Vol. 113, No. 8.
García Matamoros, K. (2020). Cáncer y COVID-19, perspectiva. Editorial. Oncología (Ecuador), 30(2), 92–94.
Pérez RJT. COVID-19 y oncología : características clínicas y análisis de supervivencia en pacientes con cáncer activo y enfermedad moderada o grave por SARS-COV2. [Salamanca]: Universidad de Salamanca; 2021.
Petrova D; Pérez-Gómez B; Pollán M; Sánchez MJ. Implicaciones de la pandemia por COVID-19 sobre el cáncer en España. Med clin (Barc)2020 Sep 25; 155(6): 263–266.
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades: Dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19. 1 de septiembre de 2021.