La dieta juega un papel importante en la lucha contra el cáncer. ¿Qué comer? ¿Cuándo comerlo? Es vital para lograr que nuestro organismo pueda hacer frente no solo al cáncer sino a los tratamientos asociados. Una alimentación balanceada es importante para mantener un funcionamiento adecuado del organismo.
En los pacientes con cáncer, una dieta adecuada puede ayudar a mantener una buena calidad de vida, y a reaccionar mejor antes los distintos tratamientos aplicados.
La terapia nutricional es utilizada para ayudar a obtener los nutrientes necesarios para mantener el peso corporal y la fuerza, así como mantener los tejidos del cuerpo sanos y hacer frente a las enfermedades oportunistas como infecciones virales y bacterianas, a las que son tan propensos los pacientes con cáncer.
Es importante considerar, basados en lo que hemos visto anteriormente sobre los antioxidantes, que una dieta rica en frutas y vegetales, es importante para la salud del organismo en general, pero no significa que la dieta sea curativa.
Muchos pacientes con cáncer, ya sea por iniciativa propia o por sugerencias de otras personas, inician dietas extremas al descubrir la enfermedad, que conducen al debilitamiento del organismo y no a curar el cáncer. Producto de la enfermedad y de los distintos tratamientos, los pacientes con cáncer sufren determinadas modificaciones alimentarias, pierden el apetito, cambia el sabor de los alimentos, sienten asco, etc., en ocasiones es preferible tratar de diseñar una alimentación donde se priorice que el paciente coma lo que le apetezca, a que por obligación coma solamente lo que sea ‘saludable’.
En resumen, una alimentación equilibrada en la cual el organismo incorpore la cantidad de nutrientes necesarios ayudará a los pacientes con cáncer a contrarrestar los efectos adversos de la enfermedad, de los tratamientos convencionales, mantener un buen funcionamiento del sistema inmunológico y tener suficiente energía.